Señor director: Cuando un trabajo se hace sonriendo y, con una palabra amable para quien tiene que sufrir este trabajo, creo yo que bien merece ser reconocido con un fuerte aplauso. El domingo día 20 del pasado mes de mayo fui ingresado en este Hospital de Fuenlabrada y, el trato que recibí, y que según pude apreciar recibían todos los enfermos, tanto en urgencias como en los días que pasé en planta fue tan humanamente bueno, que le ruego tenga a bien publicar estas líneas con las que quiero expresar públicamente mi agradecimiento a todo el personal y mi más entusiasta felicitación a la dirección, y desde las señoras de la limpieza, a las enfermeras, pasando por las auxiliares, les quiere hacer un ruego. ¡Por favor! ¡Nunca pierdan la sonrisa! Juan Escribano Valero