Pienso que no sirve la explicación, de la caída de la natalidad, que reduce la causa a la crisis económica.
Las inmigrantes proceden de países donde la situación es considerablemente peor, lo que no impide que nazcan allí muchos más niños. A todas luces se trata de un fenómeno de índole cultural, que provoca que miles de mujeres modifiquen aspectos vitales de su comportamiento en un plazo muy corto de tiempo. Impulsada por los medios de comunicación y enraizada en las estructuras sociales, se ha extendido una cultura materialista y hedonista alérgica al compromiso como refleja la drástica disminución de los matrimonios.
Algunos creen que esto son síntomas de modernidad, pero la realidad es que por esta vía nos encaminamos a la decadencia. Da la sensación que vivimos en una tierra hostil para la maternidad.
Valentín Abelenda Carrillo