Sr. Director:

Con un cuerpo esquelético y la mirada perdida. Así vimos todos a Ortega Lara cuando salió del "nicho" donde fue enterrado en vida durante dos años. Su aspecto tan demacrado recordaba a las víctimas de los campos de concentración nazi.

Ahora su "carcelero" y otros etarras se dedican a pedir respeto a los derechos humanos con una huelga de hambre convertida en puro teatro ya que en muchos casos se ha encontrado comida escondida en las celdas. Es un momento oportuno para recordar las palabras y el ejemplo de firmeza del gobierno británico cuando un grupo de asesinos también se pusieron en huelga de hambre: "estos señores eran criminales convictos. Y han elegido libremente acabar con su vida. Esa es una elección que ellos no permitieron a sus víctimas". Que unos terroristas que han pisoteado tanto los derechos humanos de los demás y han provocado tanto sufrimiento se dediquen ahora a darnos lecciones sobre derechos humanos es una broma macabra que no podemos admitir.

 

Carmen B. Pérez