• CGT ha recurrido incluso al embuste: aseguran en sus panfletos que se van a congelar las pensiones.
  • El sindicato anarquista miente, ya que el Gobierno ha repetido por activa y por pasiva que revalorizará las pensiones a primeros de año, y subirá la paga extra de Navidad de los pensionistas con arreglo a la inflación.
  • CCOO y UGT queman sus últimos cartuchos para conseguir que los funcionarios se sumen a la huelga.
  • El sindicato mayoritario de los funcionarios, CSI-F, no apoya la convocatoria, y UGT y CGT tienen muy poca representatividad en la función pública.
  • CSI-F no apoya la huelga, entre otros motivos, "por la politización realizada por partidos políticos tan responsables como el actual Gobierno en la actual crisis económica".
  • Es la segunda huelga en menos de un año. CCOO y UGT se juegan el todo por el todo en una convocatoria que pone a prueba su papel ante la ciudadanía.

No han transcurrido ni ocho meses desde la última huelga general del 29 de marzo cuando los sindicatos mayoritarios, encabezados por Toxo -CC.OO.- y Méndez -UGT- (en la imagen) han convocado un segundo paro total en España que perjudicará aún más la dañada economía del país.

Aunque existan motivos para convocarla, las repercusiones de la misma pueden ser nefastas para el conjunto de los Españoles. Pero los que pueden salir peor parados en este órdago suicida son los sindicatos. Se juegan el todo por el todo. Tanto es así que el sindicato anarquista CGT recurre incluso a las falsedades cuando asegura en sus panfletos que se va a producir una congelación de las pensiones, algo que el Gobierno ha negado por activa y por pasiva ante las interpelaciones de la oposición en una doble vertiente. No sólo va a subir las pensiones anualmente, sino también la paga extra de los pensionistas.

CC.OO., UGT, USO, CGT han convocado la huelga, no así el sindicato vasco LAB ni el el sindicato mayoritario de los funcionarios CSI-F, que cuenta con una representación mayoritaria en el sector. Una huelga a la que no se sumen los funcionarios -con motivos tan sobrados como el recorte de la paga de Navidad o los despidos del personal laboral de la administración o las nuevas normas legislativas destinadas a facilitar los recortes por causas económicas en el sector público- carece de legitimidad.

Según fuentes cercanas al Gobierno, los sindicatos se encuentran en una situación sin salida. Si los funcionarios, en un ejercicio de responsabilidad, o simplemente de superviviencia -hacer huelga resulta muy oneroso en estos tiempos- acuden a sus puestos de trabajo el 14-N, el prestigio de los sindicatos mayoritarios se verá muy mermado. Es por ello que están echando toda la carne en el asador en los ministerios, centros y entes públicos para convencer a los trabajadores mediante los argumentos más peregrinos. Llegan a argumentar que el Gobierno tiene planes inmediatos para despedir a los funcionarios de oposición.

CSI-F respeta la convocatoria del día 14, si bien, en el ámbito de su independencia sindical, sigue reiterando, al cierre de estas líneas, su postura contraria, en primer lugar, por responsabilidad ante la situación económica de España y su eventual rescate, porque consideran que las reivindicaciones de los empleados públicos son más factibles de alcanzar con medidas alternativas a la huelga, y por "la politización realizada por partidos políticos tan responsables como el actual Gobierno en la actual crisis económica".

Sara Olivo
sara@hispanidad.com