La segunda eléctrica del país, Iberdrola, afronta su Junta General de Accionistas con unos espléndidos resultados, los obtenidos en 2003. Por vez primera, el beneficio neto supera los 1.000 millones de euros (en concreto, 1.060,2 millones), lo que supone un 10% más que en el ejercicio precedente. Durante los últimos diez años, el panorama empresarial y la rendición de cuentas ante los accionistas ha cambiado mucho. En aquel entonces una empresa ofrecía a lo sumo unas decenas de folios donde se resumía el ejercicio vencido. Pero todo esto ha cambiado. Así, Iberdrola ofrecerá a sus accionistas esos folios acompañados de cuatro libros: informe anual, informe legal, informe sobre actividades medio ambientales (el más gordo de todos) y una memoria de actividades con el correspondiente repaso a la Comisión de Auditoría y Cumplimiento de Objetivos. Y, en breve, aparecerá la memoria de Reputación Social Corporativa (RSC), las tres palabras famosas del momento. 

En cualquier caso, lo que importa ahora mismo en Iberdrola es que su opción por la energía verde coincide con el planteamiento electoral del nuevo Gobierno socialista. El vicepresidente y consejero delegado de Iberdrola, Ignacio S. Galán, ha leído por dos veces ante la prensa el programa del partido triunfante en el 14-M, que pasa por el cumplimiento explícito del Protocolo de Kyoto y las directivas europeas anexas, así como por el relanzamiento de la energía eólica y del gas como principal combustible sólido y menos contaminante que el carbón. En otras palabras, lo que Galán quiere decir es que el nuevo Gobierno le da la razón a Iberdrola

Ahora mismo, la empresa presidida por Íñigo de Oriol es la segunda empresa mundial en producción de energía eólica, 1843 MW, para ser exactos. Además, Iberdrola ha aumentado su capacidad inversora de forma muy significativa y ha reducido su endeudamiento financiero. Como afirma el propio Galán, "somos la empresa favorita de los analistas, la top pick".

Pues bien, toda esa solidez constituye, precisamente, su gran peligro ante el vuelco electoral. El presidente Íñigo Oriol ha sido el que con más fuerza ha apoyado al nuevo Gobierno de entre todos los presidentes de grandes empresas españolas. Afirma que ante la patronal CEOE, recalcó que había que apoyar al Gobierno Zapatero; y ante los periodistas, en la mañana del jueves 1, ratificó su "confianza total en el Gobierno que comienza. A este Gobierno hay que apoyarle". Y más, a su consejero delegado le gusta que el PSOE vaya a crear un Ministerio de Industria, dirigido por el catalán José Montilla. Y tiene, acerca de Kyoto, "la esperanza de que con este Gobierno se solucionen las diferencias que mantenemos con otras compañías". 

Ahora bien, Galán debería reparar en que no es lo mismo reclamar en la oposición que otorgar en el Gobierno. De ahí que su comparecencia estratégica con el PSOE, así como su espléndida solidez y rentabilidad constituyan, precisamente, el mayor peligro de Iberdrola. Oriol afirma no conocer a Montilla. Pues debería hacerlo, porque el mayor peligro para la independencia de Iberdrola no viene ahora de Endesa, ni de ninguna otra eléctrica europea, sino del grupo Repsol YPF-Gas Natural (GN). Gas Natural ya intentó opar Iberdrola. Ahora, con el Tripartito catalán intentando "hacer país" empresarialmente hablando, lo lógico es que no tarde mucho en replantearse la cuestión de una empresa energética integral. Hay que considerar que la unión de Repsol-GN-Iberdrola no sólo constituiría una de las grandes empresas energéticas del mundo, sino que haría felices a nacionalistas catalanes y vascos, el arquetipo de la España plural que pretende Zapatero.

Frente a ello, el esquema defensivo de Iberdrola no es muy fuerte. La BBK, controlada por el PNV, tiene el 7,5%, mientras el BBVA, al que los nacionalistas vascos pretenden 'revasquizar', tiene un 5,3% del accionariado. Frente a esto, Galán ha desarrollado una estrategia de entrada de cajas de ahorros en el capital. Seis cajas de Castilla y León (Caja España, Caja Duero, Municipal de Burgos, Círculo Católico de Burgos, Ávila y Segovia) poseen un 2%; Bancaja un 1%; Caja Murcia, 0,5%, y el jueves 1 se ha anunciado la entrada de Unicaja con otro 0,5%. Por cierto, la entrada de la andaluza Unicaja representa que Iberdrola se inmiscuye en el feudo tradicional de su gran adversario Endesa: Andalucía. 

Ahora bien, en ningún caso puede decirse que la suma de esas cajas de ahorros representen una defensa frente a una agresión externa. Se necesita un mayor paquete de referencia, especialmente ante la actitud afrancesada del nuevo Gobierno Zapatero. En efecto, Íñigo Oriol recuerda que Iberdrola puede ser comprada por cualquier competidor europeo. Sin embargo, Iberdrola no puede comprar ni la francesa EDF ni la italiana ENEL

Así que tiene cierto peligro el entusiasmo de Galán cuando aplaude al PSOE por su decisión de "despolitizar el control de las adquisiciones". No pasará mucho tiempo antes de que Caixa y Gas Natural, probablemente esta vez con el apoyo y no con la oposición de Repsol YPF, vuelvan a intentar un asalto sobre Iberdrola. La verdad es que resulta muy apetitoso.