Sorpresa: el presidente de ACS, Florentino Pérez, acudió durante la mañana del viernes a la sede corporativa de Iberdrola en Madrid para entrevistarse con el presidente de la eléctrica, Ignacio Galán. Como corresponde a dos señores educados en colegios de pago, los modales fueron versallescos. Pérez solicitó un representante de su 7,6% de capital en el consejo de la eléctrica. Con idéntica cordialidad Ignacio Galán, tras reconocer que tiene derecho a un vocal, lamentaba no poder otorgárselo dado que no hay vacante. Con idéntico señorío, Pérez le dijo que lo tuviera en cuenta para cuando hubiera vacantes. El presidente de Iberdrola concluyó que así se lo transmitiría a los órganos competentes, aunque omitió uno de los argumentos favoritos del tercer personaje presente en la reunión, el responsable jurídico de Iberdrola, Julián Martínez Simancas: no es posible otorgarle un consejero a ACS porque la constructora y la eléctrica son competencia en algunos sectores como, por ejemplo, la ingeniería.
Eso sí, Florentino se disculpó por haber solicitado el consejero por conducto notarial, ofreciendo así una impresión de hostilidad, que ni mucho menos estaba en su ánimo. El hecho de que dicho requerimiento se filtrara a la prensa el jueves por la tarde, constituyó un lamentable efecto colateral indeseado.