Que unos indignados ocupen un edificio cerrado y abandonado hace diez años en el centro de Madrid de propiedad privada bancaria, pretendiendo estos indignados darle uso para personas desahuciadas a quienes los bancos han echado de su vivienda por no poder hacer frente a los pagos y aún así les obliguen a seguir pagándola, llevas razón "lideresa".
No se puede tolerar el uso de una propiedad privada sin el consentimiento de los dueños.
Como tampoco se debe tolerar que las propiedades de la ciudadanía sean usadas por tus amigos los empresarios, las sectas religiosas y advenedizos, para explotarlas y obtener pingües beneficios a costa de sus legítimos propietarios -los ciudadanos-, como estás haciendo con los Institutos, colegios, hospitales, empresas públicas, el Canal de Isabel II…
¿A qué juegas con tu doble moral?
José Enrique Centén Martín