Es la fiesta española por antonomasia. Puede decirse que el dogma de la Inmaculada lo inventaron los españoles y éstos "forzaron" al Vaticano a convertirlo en dogma de fe y séame perdonada la bestialidad canónica.

De aspectos como el dogma vaticano debió de nutrirse la idea de que la voz del pueblo es la voz de Dios. Porque la cosa del pecado original está bastante clara. Con la excepción de la tontuna progresista, cualquier cuerdo que observe al mundo tiene que caer en la cuenta de que algo marcha mal. Por lo general el pueblo lo explica: ¡Qué mala leche tenemos!, mientras el intelectual considera que en el origen algo debió pasar porque de otra forma el mundo marchará mejor. El argumento popular me parece mucho más riguroso que el intelectual, pero eso es lógico: la opinión pública siempre ha resultado menos pedante, por tanto más profunda, que la opinión publicada.

Al mismo tiempo, pensaron nuestros ancestros, que era gente muy bruta pero con un gran amor a su madre del Cielo, no puede ser que la madre de Dios, ejemplo de nuestra raza, máxima expresión de la feminidad, hubiera llevado al Hijo de Dios en su seno manchada por el pecado original, ni tan siquiera por la tendencia al mal posterior al bautismo.

Podríamos decir que para el español, siempre tan remiso a aceptar los dogmas porque le pica la soberbia -y de esta cualidad andamos sobrados en la Tierra de María- este dogma del siglo XIX lo entendió, practicó y publicitó varias centurias atrás. Le parecía tan lógico que eran los españoles quienes presionaban a la jerarquía, en lugar de ocurrir justo lo contrario.

Está claro que a este pueblo de mastuerzos ensoberbecidos, o nos salva María o no nos salva nadie.

Por lo demás, la Virgen se está haciendo especialmente presente en el mundo actual. ¿Por qué será?

Eulogio López

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