Con el argumento de frenar la inmigración de gitanos búlgaros y rumanos y el fraude en el acceso a las prestaciones sociales, Alemania pone en marcha restricciones a los inmigrantes europeos, españoles incluidos, de modo que deberán regresar a sus países si no encuentran trabajo en un plazo de entre tres y seis meses.
La iniciativa, con un enrevesado encaje en la normativa comunitaria, es un ataque a la integración europea.
Esperamos la reacción de la comisaria Cecilia Malmström, tan preocupada por el tema inmigración como lo ha mostrada con el caso de Ceuta y Melilla.
Xus D Madrid