La Universidad de Wageningen, por encargo del Ministerio de Economía, Agricultura e Innovación de Holanda ha realizado un estudio para determinar las dificultades con que se encuentran los empresarios para desarrollar nuevas fuentes de proteínas y ponerlas en el mercado, así como para apuntar soluciones ante esta situación.
Un equipo de trabajo de la Universidad ha realizado entrevistas con directivos de once empresas que desarrollan o producen proteínas de origen distinto del tradicional y de seis organismos relacionados con la normativa legal que puede estar relacionada con estas proteínas.
La conclusión del estudio es que los impedimentos mas importantes con que se topa la industria son la complejidad y poca transparencia de los procedimientos establecidos en la normativa que regula los nuevos productos alimenticios y los ingredientes alimentarios y la insuficiente aceptación por parte de los consumidores y elaboradores.
Los insectos, ampliamente consumidos en otros lugares fuera de la Unión Europea, puede ser una nueva fuente de proteínas. El estudio recomienda que hay que lograr que la Comisión Europea trabaje para fijar criterios claros y transparentes sobre la admisión de nuevos productos.
También propone que se desarrolle una normativa y códigos de carácter voluntario con especificaciones concretas sobre insectos y que las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, se involucren más en las agendas de investigación, para lo que es necesario que el Gobierno incremente su contribución, aportando incentivos a favor de la oferta de proteínas sostenibles
Asimismo, hay que poner énfasis ante los consumidores en los beneficios para la salud y la sostenibilidad que entrañan estas proteínas de nuevas fuentes e introducir en la agenda de la UE la armonización de definiciones y procedimientos en la reglamentación sobre nuevos alimentos e ingredientes.
Xus D Madrid