Sr. Director:

 

Estoy permanentemente indignado cuando veo las noticias sobre la guerra y el hambre en los países de África. Somos nosotros los deudores con este continente. ¡Perdón de la deuda externa! ¡Estáis todos equivocados de raíz! Ni los países de África tienen deuda externa, ni los países europeos, ni Estados Unidos tienen que condonar, perdonar nada.

Hoy, los ciudadanos españoles, franceses, ingleses, portugueses, italianos, alemanes, belgas, holandeses..., tienen que exigir a sus gobiernos que devolvamos la riqueza sacada de África en los siglos XVIII, XIX y XX: Hombres (esclavos), diamantes, oro, fosfatos, petróleo, colmillos de elefantes (marfil), gas natural, ébano, caoba, caucho..., que a sus países los ha enriquecido y al continente africano lo ha empobrecido. Los parlamentos europeos, los palacios reales, y el Congreso de EE.UU, tienen caoba de África. Y, encima, pedir perdón todos por el enorme daño causado y los millones de muertos que hemos dejado.

Y, ¿ahora qué? Invertir en todos los países de África a fondo perdido y a toda pastilla. Hospitales, graneros, carreteras, pozos de agua, semillas, tractores, ganado, instalaciones agrarias..., todo lo que sobra aquí para África. Y personas: Bancos, escuelas, teléfonos, Universidades, fábricas de automóviles, cooperativas, formación profesional (no planificación familiar, sino sanidad y formación).

Nuestro bienestar no es nuestro. "Nadie sabe lo que es morirse de hambre mas que el que se ha muerto de hambre" (M.K. Gandhi). ¡Devolvamos todo lo que les hemos quitado! Invertir en África es el remedio claro para suprimir las pateras.

Enrique Palacios

epalaci@supercable.es