• El padre Luis Montes (misionero en Irak) pide presión internacional sobre los grupos y gobiernos que apoyan" financieramente a los yihadistas.
  • Sólo militares de Estados Unidos y Reino Unido operan sobre el terreno.
En Irak, las atrocidades del grupo yihadista Estado Islámico no paran. Y parece que solo hay dos países dispuestos a implicarse sobre el terreno, es decir, en el mismo Irak: EEUU y Reino Unido. Pero el debate está en la financiación del Estado Islámico. Aunque sea para las barbaridades hace falta dinero y todo apunta a que los yihadistas ha recibido los últimos años, especialmente en 2012 y 2013, abundantes cantidades de dinero de Qatar, Arabia Saudi o Kuwait. No oficialmente, como política de Estado, sino por parte de ricos individuos, emparentados en la misma religión sunita. Ayer martes se supo que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha ordenado el envío de 350 soldados más para proteger la Embajada estadounidense en la capital de Irak, Bagdad, lo que eleva a unos 820 el número total de militares que tratan de garantizar la seguridad en la zona. Este anuncio llega sólo unos días después de que el Pentágono confirmase que Estados Unidos había llevado a cabo ataques aéreos contra los combatientes del Estado Islámico cerca de la ciudad de Amerli, situada en el norte de Irak y que en aquel momento se encontraba asediada por los islamistas radicales. Igualmente, Reino Unido está operando sobre el terreno, recabando información secreta sobre los movimientos de los militantes del grupo Estado Islámico. Pero son muy pocos países los que se mojan. Deberían ser más, entre ellos España, y no por militarismo sino por defender a los cristianos y yazidíes del genocidio al que están siendo sometidos. Vienen al caso las palabras de una persona con autoridad sobre el asunto, por estar viviendo allí: Luis Montes (en la imagen), sacerdote argentino misionero del Instituto del Verbo Encarnado en la Comunidad 'Cristo Rey' de Bagdad, la capital de Irak, que en conversación con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada a través de Radio María-España, ha señalado: La solución es fácil pero nadie quiere ponerla en práctica. En primer lugar, habría que hacer un envío de ayuda humanitaria de gran escala. La ayuda está llegando pero muy poco en comparación con lo que se necesita. En segundo lugar, hace falta presión internacional sobre los grupos y gobiernos que apoyan a estos grupos terroristas por intereses particulares y que han alimentado a un monstruo que amenaza a este país y que está amenazando a otros países. Si esto no se hace urgentemente, la crueldad, los asesinatos y las muertes se van a extender durante mucho tiempo. Y en tercer lugar, hace falta que la comunidad internacional se reúna y vea el modo de frenar el avance de los terroristas. El Papa ha dicho que es legítimo defenderse, lo cual está recogido en el Catecismo de la Iglesia. El Papa lo ha repetido, él quiere que salga una respuesta del seno de la ONU que tenga legitimidad pero desgraciadamente vemos que no pasa nada, nadie se mueve, nadie intenta unir una fuerza legítima. No hay condena uniforme de este grupo terrorista. Por tanto las esperanzas vistas desde aquí son muy pocas". De la misma opinión es Mohamed Yehia, de la BBC Árabe, que cree que en un reciente discurso, el presidente de EEUU, Barack Obama, dejó caer una velada crítica a los países que financian el yihadismo. Para Yehia, Obama los cuestiona "por ser ambivalentes respecto a Estado Islámico y por permitir que dinero y combatientes fluyan hacia (el grupo)", algo que se cree que al menos entre 2012 y 2013 ocurría sistemáticamente (no oficialmente, como política de estado, sino por parte de ricos individuos de Arabia Saudí y Qatar). También opina así en El Mundo el politólogo Hasan Hasan, experto en grupos extremistas, que afirma una de las fuentes de financiación para la expansión del Estado Islámico llega precisamente de países como Arabia Saudí, Qatar o Kuwait. "Se benefician de las donaciones de hombres acaudalados del mundo musulmán, mayoritariamente de países del Golfo. Pero no se puede decir que esté financiado a través de canales oficiales o por el Estado. Son donantes privados que creen en su proyecto de Estado islámico y que quieren contribuir en la lucha contra sus enemigos, Damasco y Bagdad", afirma. Así pues, una de las medidas para acabar con el Estado Islámico es impedir su financiación exigiendo que paren de hacerlo desde países como Arabia Saudí, Qatar o Kuwait. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com