Irán ha sido y es foco preocupante de fundamentalismo islámico. Un verdadero polvorín que Occidente no ha sido capaz de controlar. Y por si no había quedado claro, en la mañana del martes estallaban dos bombas en las sedes de British Petroleum y British Airways en Teherán sin causar heridos. Tarjeta amarilla para una Gran Bretaña seriamente golpeada por el azote terrorista.