Sorprende el temor de Irán hacia el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas cuando la alianza estratégica que mantiene con China hace pensar en que el gigante amarillo previsiblemente vete una resolución de condena. Pero es que además, los charcos en los que se ha metido Estados Unidos no permiten muchas aventuras. Iraq sigue siendo un polvorín que reporta bajas diarias en las tropas norteamericanas. Y en Afganistán, las tropas españolas ya advierten que para ordenar el país necesitan cerca de 10 años.
Estados Unidos no tiene margen de maniobra. No puede emprender una acción militar en suelo iraní. La antigua Persia es un territorio más amplio que Iraq, con más complicaciones geográficas y religiosas. El régimen teocrático iraní lo sabe y juega al ratón y al gato : dos pasitos para alante, uno para atrás. Pero avanza peligrosamente sin que Occidente tenga suficiente fuerza moral-política o militar para parar los pies.