En Tele 5, la hija de Salvador Allende, Isabel Allende, ha explicado sus sentimientos tras la muerte de Pinochet, que asesinó a su padre: Una sensación de una cierta pena. Pensé en tanta víctima, tanto dolor, tanto sufrimiento. Es una persona a la que nunca se ha dado una sentencia condenatoria. Y pensé las veces que iba al hospital y sus abogados decían que su salud no estaba bien. Y recuerdo las veces que se burlaba de los derechos humanos. Nunca fue capaz de pedir perdón. Pienso en la indignidad de alguien que nunca enfrentó la justicia. Siempre esa cobardía, siempre el no enfrentarse, siempre el sortear la justicia. Y también la vergüenza, la indignidad que representa que un general se lleve esos 30 millones de dólares. Pero lo más importante son las víctimas. Hay que recordar tanta gente que sufrió y que fue perseguida. Nuestra obligación es que la justicia siga su trabajo. Tiene que haber memoria.
Después del arresto de Pinochet en Londres, se abrió la justicia en Chile. Comenzaron sus procesos. Y eso fue muy importante para nosotros. Que hubiera sido deseable que terminara en sentencia condenatoria, por supuesto. Los crímenes más graves no pueden quedar en la impunidad. Mi eterna gratitud al gesto del juez Garzón que a causa de eso en Chile comprendieron que no era posible la impunidad.