- La ley de Cajas de ahorros: la puntilla para las cajas de ahorros.
- Las entidades no podrán tener un balance superior a los 10.000 millones de euros y no podrán salir de su territorio.
- Para ser más claros: la gran creación financiera española deja de existir por decisión de Bruselas y del Gobierno español.
- Y las cajas que posean bancos se tendrán que convertir en Fundaciones.
- El ejemplo más claro y más polémico: Isidro Fainé tendrá que renunciar a presidir La Caixa o a presidir Caixabank... siendo una entidad solvente.
- Con ello, desaparece el sostén accionarial de empresas estratégicas, así como la obra benéfico-social: todo ha de ser sociedad anónima.
Cajas, cajas, lo que se dicen cajas, quedan dos: Onteniente y Pollensa. Son mis ídolos. Lo que quedan son muchas entidades que fueron cajas de ahorros y que ahora son bancos, y alguna caja, sorbe todo La Caixa, que siguen existiendo pero que ahora son propietarias de bancos -Caixabank- que es con lo que operan.
Pues bien, a ambas, a las cajas y a las cajas-banco es a las que afecta el anteproyecto aprobado el viernes por el Consejo de Ministros, presidido por el señor Rajoy, y que supone la puntilla para la gran realización financiera española, y en particular de la iglesia española: las cajas de ahorros, entidades de naturaleza jurídica mutual.
Sí, el PP podrá alegar dos cosas: que el proceso lo inició el PSOE de Zapatero -cierto- y que Europa lo ha impuesto en su Memorándum, o condiciones para entregarnos 40.000 millones de euros en créditos... sobre los que tendremos años para arrepentirnos.
Cajas, cajas quedan dos, Onteniente y Pollensa, y a esas se les imponen unas normas tan restrictivas que difícilmente podrán aguantar. Se las condena a tener un balance inferior a los 120.000 millones de euros, no salir de la provincia y dedicarse a la banca doméstica. Vamos, que competirán con una mano rota y la otra atada a la espalda.
Ahora bien, dentro de las cajas-banco, figura la tercera entidad española, primera en el mercado interior: La Caixa. Ahora mismo, la caja catalana posee cerca de un 760% de Caixabank, y tiene en su tripas uno de los mayores y más saneados grupos industriales de España. Porque este es el mayor error de quienes se han cargado las cajas de ahorros. Constituían el sostén de empresas estratégicas españolas, además de repartir el dividendo en obra benéfico-social.
En cualquier caso, las cajas que poseen bancos tendrán que convertirse en fundaciones: no podrán poseer más del 49% del banco-caja y ningún presidente o consejero podrá estar en el Consejo de una y de otra. Total: que Isidro Fainé (en la imagen) deberá elegir entre presidir Caixa y presidir Caixabank. Si elige la primera, probablemente su papel quede relegado.
Nos hemos cargado las cajas de ahorros con la excusa de su politización. Entonces, lo lógico hubiera sido acabar con la politización, no con las cajas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com