Por su parte, La Casa Blanca vuelve a la no injerencia: considera que la oposición terminará con el régimen de los ayatolás

Los norteamericanos aseguran que Ahmadineyad es el líder electo de los iraníes.

Increíble pero cierto. La Casa Blanca define a Mel Zelaya, el presidente hondureño cesado por el Parlamento y el Tribunal Supremo porque quiere perpetuarse en el poder, pero practica la no injerencia para defender al nuevo presidente Iraní, Mahmud Ahmadineyad, que hoy ha tomado posesión y a quien el portavoz del presidente Obama, Robert Gibas, ha calificado como presidente electo de Irán, para añadir a continuación que los iraníes deben elegir a sus propios líderes. Y esto sobre un fundamentalista islámico, un dictador cruel que odia a Occidente, que ha prometido la destrucción de Israel y al que le falta cada vez menos para poseer bombas atómicas.

Fuentes de la influyente comunidad judía española han comunicado a Hispanidad que al Gobierno israelí se le está acabando la paciencia y considera inevitable, con los norteamericanos o sin ellos, destruir el incipiente arsenal nuclear iraní, dotado con cohetes de lanzamiento norcoreanos que podrían alcanzar, no sólo Israel sino toda Europa e incluso la costa este norteamericana.

Nunca habían sido más tensas las relaciones entre Estados Unidos y Jerusalén. Según Obama, debe ser la insurgencia iraní quien tumbe el régimen de los ayatolás, y según Israel las fuerzas represivas son cada vez más represivas y Ahmadineyad consolida su poder y sus amenazas.