El director general del ministerio de Asuntos Exteriores de Israel ha hecho su declaración de intenciones respecto al barco Rachel Corrie, que se dirige a Gaza con intención de distribuir ayuda humanitaria: No tenemos deseo de confrontación. No deseamos abordar el barco. La condición es que la nave cambie su rumbo y atraque en el puerto de Ashdod. Allí las autoridades israelíes inspeccionarían la carga para comprobar que no se está distribuyendo armamento y se comprometen a distribuir la ayuda humanitaria a Gaza.
El comunicado hecho público a media tarde del viernes manifiesta que los miembros de las ONGs son bienvenidos. Sin embargo, el embajador de Israel en España, Rafael Schultz advirtió que la flotilla interceptada estaba organizada por el grupo terrorista IHH, por lo que no se trataba de pacifistas. El ejército israelí abordó la nave con material antidisturbios y se encontró con militantes entrenados, algunos de los cuales habían hecho declaraciones poco pacifistas: Quiero ser mártir.
Por otra parte, Shultz asegura que Israel actuó de conformidad al derecho internacional, concretamente al Tratado de San Remo, puesto que existe una situación de conflicto armado en la que hay un bloqueo y los integrantes de la flotilla habían declarado su intención de romper el bloqueo. Igualmente, los israelíes se sienten amparados por la declaración de Helsinki sobre neutralidad marítima.