Uno de los dircomes españoles que manejan un presupuesto más alto se expresaba así días atrás: La prensa está suministrando su propia defunción.

Y lo malo es que el muy puñetero tiene razón. Los poderes económicos y políticos están felices con el hundimiento de la prensa de papel, mientras tratan de desprestigiar a Internet, que es quien ahora preocupa de verdad.

No hay quien detenga el hundimiento. De hecho, el consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, entró en trance, y dijo: La caída de la prensa es comparable a la caída del imperio romano. Y así es, nunca hay que desmerecer la caída del grupo PRISA.

No se desmorona Imperio alguno: lo que se desmorona es el de Janli, que es otra cosa. Un César que lleva controlando la información en España, al menos la información políticamente correcta y que, como todos los tiranos tiene pies de barro: hasta ahora ha bastado la irrupción de la prensa gratuita para quitarle dinero y la irrupción del periodismo interno -el que más odia Janli- sin influencia.

Pero no conviene confundir los conceptos.

Eulogio López

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