Su modelo: leyes progresistas y laicismo sociológico
No está mal para ser el presidente de la corriente cristiana del PSOE. No está mal para pretender tender puentes entre la Iglesia y el socialismo español. Jáuregui señaló este martes que los crucifijos están de más en las tomas de posesión de los gobiernos, pero que no haría una ley para prohibirlos. Su modelo es el laicismo sociológico: que vaya impregnando la sociedad como fruta madura. Y así, se felicita de que ya no haya crucifijos en muchas aulas y juzgados. Ese es el camino.
Además, se vanagloria de las gloriosas batallas libradas por el laicismo. A saber: matrimonialización de las uniones homosexuales, divorcio express y ley de investigación biogenética. En todos esos casos, el Gobierno ha hablado alto y claro frente a las pretensiones de los obispos de injerencia en la vida política, según interpreta el diputado socialista. Menos mal que es el representante de la corriente cristiana en el PSOE.
Por otra parte, el PSOE advierte que aunque la denuncia de los acuerdos con la Santa Sede no forman parte ni del programa ni de los compromisos del debate de investidura, no lo descartan y recuerdan que por ahora el Constitucional ha considerado acorde con la Constitución los acuerdos con la Santa Sede. Por ahora. ¿Cuándo llegará el momento? En el debate sobre la nueva Ley de Libertad Religiosa. No adelantemos acontecimientos, señaló el diputado socialista, Jesús Quijano.