La comparecencia de Ramón Jáuregui como portavoz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros hizo pensar a algún periodista que podría colar la tradicional pregunta sobre la sucesión de Zapatero. Pero el ministro de la Presidencia estaba bien aleccionado y repitió palabra por palabra aquello de que desde esta mesa no hacemos declaraciones sobre partidos, una de las fórmulas habituales para zafarse de esta pregunta.
En todo caso, no se trata de una cuestión de partido, sino de una cuestión de Gobierno. Se trata de saber si Zapatero dimitirá y dejará que sea otro quien acabe la legislatura para evitar la hecatombe electoral en 2012. La cuestión volvía a ponerse de actualidad cuando esta semana supimos que el estratega Pepiño había decidido cancelar el mitin de Vistalegre, una fiesta en la que los socialistas cerrarían con fervor la campaña en torno al líder... sólo que ese líder está de capa caída.
A lo que sí contestó Jáuregui, aunque de forma lacónica, fue a la pregunta sobre si se siente el Gobierno molesto por las presiones que desde el PSOE llegan para que Zapatero aclare su futuro: Ninguna molestia.
Rodrigo Martín
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