Prosiguen las provocaciones y hackean la página de la JMJ.
El encuentro del Santo Padre con los jóvenes en la plaza Cibeles de este jueves ha sido la ocasión para alentarles y acompañarles en la búsqueda de las respuestas de la vida que todos estamos buscando. Y el Santo Padre, tras cruzar la Puerta de Alcalá acompañado de un grupo de jóvenes peregrinos, ha animado a los jóvenes a no desfallecer en esa búsqueda. Que la respuesta la encontrarán en Cristo, pero que hay que conocer su rostro.
De esta manera, ante casi un millón de jóvenes peregrinos, el Santo Padre les ha animado en esa búsqueda y les ha preparado para los próximos días en los que el ambiente de oración todavía será mucho más intenso especialmente con la Vigilia en Cuatro Vientos y la Misa del Domingo con el Santo Padre.
El Santo Padre ha marcado con mucha claridad el mensaje que la Iglesia ofrece a los jóvenes y al mundo, animando a todos a tomar muy en serio su fe, "haciéndola crecer con la gracia divina, generosamente y sin mediocridad, planteándoos seriamente la meta de la santidad". Además, avisaba de los peligros y tentaciones que "siempre están al acecho". Es importante no sucumbir a ellas, porque, en realidad, "conducen a una "existencia sin horizontes, una libertad sin Dios", en las que el relativismo moral, ocuparía el nuevo trono.
Con esta contundencia se presentó el Santo Padre ante los jóvenes, consciente de la importancia de ofrecer retos, ya que la juventud, sin objetivos ni retos, acaba anquilosada y adormecida. Este mensaje ha sido la antesala de lo que el Santo Padre dirá a los jóvenes. Lo importante es que seamos capaces de escucharle. Pero todo esto no ha estado exento de zancadillas y dificultades. Además de la provocadora manifestación que acabó con la agresión de grupos de anti-cristianos a los peregrinos que pudiera haber por la plaza del Sol o alrededores, la página web de la JMJ que se encargaba de hacer llegar a los medios de comunicación las palabras del Santo Padre ha sido hackeada y atacada continuamente por desconocidos que buscan impedir que sus palabras lleguen a más gentes. Pero el testimonio de los peregrinos es suficiente.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com