En vísperas del Congreso del sindicato Comisiones Obreras, donde el liderazgo se lo disputan José María Fidalgo y Rodolfo Benito: "Comisiones no puede ser ajena al cambio político", advierte Benito, con lo que quiere decir que si Zapatero es presidente en Moncloa, él debería ser jefe en Comisiones. Benito es como su colega, el secretario general de UGT, Cándido Méndez: para ambos, el sindicato no son sino otra forma de hacer política. Por eso, un sindicato de clase, de origen marxista, históricamente ligado al Partido Comunista de España, necesariamente tiene que apoyar al PSOE y tiene que denigrar al PP, independientemente de que la política de uno u otro beneficie o perjudique a los obreros.

En esa tesitura, Fidalgo se ha visto obligado a recordar que CCOO también le ha convocado huelgas generales a los gobiernos de izquierda (muy cierto, le organizó dos a Felipe González) y que podría decretar el fin de la moderación salarial si el Gobierno Zapatero adopta políticas económicas liberales, es decir, capitalistas. Y haría bien, porque en España se cobra poco.

Pero nada de eso preocupa a Fidalgo ante el próximo Congreso, que está seguro de ganarle al sector crítico de Benito. Lo que le preocupa, y mucho, es el titular de la última entrevista concedida al diario El Periódico, en que alabó la política de pensiones del Gobierno Aznar, con el que CCOO firmó un acuerdo, que UGT se negó a suscribir. El Periódico ubicó la frase justo en el titular (lo más correcto periodísticamente) y a Fidalgo eso le coloca en un brete. Los "rojos" de Benito están haciendo muchas fotocopias de esa entrevista.