El juicio contra el genocidio de Pol Pot ha comenzado en Camboya.
Si los dictadores comunistas del pasado siglo son responsables del sufrimiento y la muerte de millones de sus súbditos, en lo que parece un contubernio con el mismísimo Infierno, hoy, los líderes mundiales, si bien no se sirven abiertamente de la muerte física, sí que imponen una ideología al servicio de la muerte al liberar el aborto o la eutanasia propiciando la defunción espiritual de muchos.
"Muchos (al morir) van al Infierno", estas recientes palabras pronunciadas por la Virgen de Medjugorje, nos alertan del estado deplorable en que nos encontramos. La fe en los avances tecnológicos y científicos ha sustituido a Jesucristo y a sus preceptos salvadores y se ha construido una nueva civilización desesperanzada, cuando no viciada por la lujuria, la codicia o el egoísmo.
La naturaleza anda desbocada y protesta ante el vínculo que la asocia a un hombre descastado. 2010 fue el año que registró el mayor número de catástrofes naturales y según los mensajes del cielo, esto es sólo el principio. Una catarsis va a dar comienzo para dar al hombre una nueva visión del mundo y de la vida eterna.
La preparación espiritual para afrontarla no vendrá de los que dicen actuar en favor del bien común ciudadano, sino de la institución fundada para ello por Cristo: su Iglesia.
Cristina Téllez