• Su obsesión sigue siendo la misma: superar al Santander de Emilio Botín. Por ahora lo tiene lejos: vale el 55% del cántabro, aunque es más solvente y rentable.
  • Eso sí, tiene hasta 2030 para hacerlo.
  • Fuera, ya no sueña con grandes adquisiciones, pero no renuncia a hacerse con más cajas de ahorros después de Unnim y, sobre todo, a comerse cajas y una porción de Bankia.

Junta de Accionistas del BBVA, el viernes, en Bilbao, donde aún permanece la sede social, aunque su presidente, Francisco González, pase por allí lo menos posible.

Una vez ampliada la edad de retiro hasta 2020 -segunda ampliación- FG aborda su sueño de destronar a Emilio Botín como el primer banquero del país. Como red en España ya lo ha conseguido, tras la absorción de Unnim, un estupendo regalo del Gobierno y el Banco de España al llamado banquero de Rajoy.

De entrada, el BBVA es un banco más solvente y rentable que el Santander. Ahora bien, éste es mucho más internacional, y vale en bolsa 56.000 millones de frente a los 31.000 del BBVA. Cuando FG se hizo con el poder en el banco, tras expulsar con malas artes a Emilio Ybarra y a todo el paisanaje de Neguri, el BBVA valía más que el Santander... y ha llegado a capitalizar la mitad.

Pero FG no renuncia a su sueño. Quiere crecer y rápido. Su táctica siempre ha consistido en prejubilar a los ejecutivos, a todos, y rodearse de jóvenes que no puedan hacerle sombra y, justo al contario, mantener un Consejo de ancianos fieles.

Dentro de ese Consejo hay dos piezas claves que van a renovar otro mandato en la Junta de Accionistas del viernes 16. Se trata de José Antonio Fernández Rivero y del que fuera su secretario general, Pepe Maldonado (curiosamente no era amigo suyo: se lo colocó Rodrigo Rato).

Pedro Fernández Rivero es más importante. Él fue quien pergeñó la fusión con el BBV y el final de la dinastía de Neguri y de las fortunas que habían invertido en el banco (Juan Entrecanales, Alfonso Cortina, Alicia Koplowitz, etc.). Él fue quien colocó a su hombre de confianza, Ángel Cano, como consejero delegado. Y aún hoy, es la persona de confianza de FG.

Eso sí, crecer en el interior puede no ser la mejor idea y crecer en el exterior siempre ha sido el fracaso de FG. El desastre norteamericano y la delicia turca no han dado los resultados esperados. Por ahora, sólo funciona en Bancomer y eso mientras al Gobierno mexicano no le dé por cambiar la normativa bancaria.

En cualquier caso, la carrera ha comenzado. FG quiere destronar a Botín. El estratega es el interventor Fernández Rivero.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com