El primer ejecutivo de Terra Lycos, Kim Faura, recibe parabienes por haber conseguido vender Lycos. Para entendernos, Terra vende Lycos por 94 millones de euros cuando la había comprado (bien es cierto que por intercambio de acciones) por 12.500 millones. Y la prensa especializada felicita a Faura por haber conseguido dicha venta. La verdad es que por ese dinero casi sería mejor no venderlo.

 

El juicio de la mayoría de los analistas viene marcado por una sociedad ferozmente financiera. El financiero es que el que compra y vende, el empresario es el que consigue aumentar los ingresos de una compañía. Pues bien, la única forma de conseguir que Terra (y también Lycos) entre en números negros es convertirla en aquello para lo que fue creada y en aquello para lo que se compró Lycos: Terra no estaba llamado a ser un "carrier" sino un reproductor y emisor de contenidos a través de la Red. Terra no podía rentabilizarse con ADSL, entre otras cosas porque esa no es su función, sino creando un medio informativo en tiempo real, el mayor en lengua castellana (y en lengua inglesa, que por eso se compró Lycos) así como una gran productora de contenidos a emitir a través de internet. De hecho, la oferta de Telefónica con Imagenio no es más que una de las apuestas, de las muchas apuestas, que debería jugar Terra.  Pero claro, eso era mucho más difícil de conseguir: lleva años y los financieros estilo Kim Faura no tienen tiempo para eso. Lo de Faura no es una gestión sino un puro languidecer.