La constructora FCC ha presentado los datos más significativos de su empeño en el primer semestre. Con un crecimiento de la cifra de negocios del 4,2%, los resultados bruto y neto de explotación aumentaron un 7,4 y un 7,2%, lo que supone un incremento de los márgenes sobre ventas hasta alcanzar el 13,2 y el 8,3%. Por su parte, el beneficio ordinario se sitúa en los 269,6 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 11,6% respecto al mismo período del año anterior. Estos datos arrojan una mejora del beneficio neto del 22,1% hasta alcanzar los 186,5 millones de euros.

 

Lo que más sorprende de los resultados presentados es la nota relativa al control societario. Dice FCC que Esther Koplowitz ha acordado adquirir a la francesa Veolia Enviroment el 49% del capital de la sociedad B 1998, SL, pasando a ser propietaria de esta sociedad mercantil, que, a su vez, controla el 52,48% de FCC. "Asimismo, ha acordado transmitir a varios inversores el 18,03% del capital de B 1998, SL con los que ha alcanzado diversos pactos relativos al control y gestión de B 1998, SL y FCC manteniendo Esther Koplowitz el control de ambas sociedades", reza la nota.

 

En resumen, la accionista mayoritaria ha resuelto el problema del control societario, siempre que el Gobierno no sea demasiado estricto en la normativa de acuerdos "parasociales". En cualquier caso, FCC deberá aprender ahora a convivir con nuevos socios que presionan sobre el dividendo. Quizás por eso, el dividendo bruto acordado con cargo a los resultados de 2003 asciende a 1,067 euros por título, lo que supone un incremento de nada menos que el 93,8% respecto al año anterior.

 

Además, FCC debe asumir ahora el reto de la diversificación y, sobre todo, el de la sucesión. El desembarco de su actual esposo Fernando Falcó no ha sido bien interpretado por la gerencia tradicional de la compañía y eso complica aún más los problemas de sucesión futuros.