El sector eléctrico está muy tenso ante la aprobación el próximo viernes 29 del plan de asignaciones definitivo. La ministra del ramo, Cristina Narbona, compareció el miércoles 27 en la comisión de Medio Ambiente del Congreso para afirmar que "no era para tanto". ¡Toma talante!

 

Los catalanistas de CiU hicieron público su malestar porque fuera Narbona y no Montilla o Solbes quien acudiera al Congreso a explicar el impacto económico de la aplicación de Kyoto. Y es que hablamos del futuro de la industria, no de la voluntad verde del Gobierno. "Con las cosas del comer no se juega". No lo dijeron así, pero les faltó poco.

 

¿Y qué es lo que dice la CEOE? La patronal está ganándose el sueldo en su papel de lobby de sus asociados. El responsable de medio ambiente de la CEOE, Rodolfo Gijón, criticó el sobreesfuerzo exigido a España en relación al resto de los países de la UE. "No se observan grandes márgenes para mejoras tecnológicas en nuestro sector eléctrico, por lo que finalmente deberemos de pagar por la contaminación extra", apunta Gijón con el dardo dirigido hacia la firmante del famoso protocolo de Kyoto, la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.

 

Además, la CEOE se muestra contraria a la aplicación de Kyoto en solitario por parte de la UE aunque se muestra esperanzada de que la ausencia de la firma de Rusia eche por tierra las euforias ecologistas de los políticos.

 

Por otra parte, el Consejo Económico y Social (CES) ha emitido un informe en el que pone de manifiesto la inviabilidad de Kyoto a partir del 2008. Sindicatos y patronal temen que el plan ecologista suponga un ahogo financiero para las eléctricas que se traduzca en pérdida de empleo y en subida tarifaria. "Es difícil pensar que la aplicación de Kyoto no se traduzca en subidas de precios" concluye Gijón en respuesta a lo manifestado por el ministro de Industria, Josep Montilla: "De momento no observamos subidas tarifarias". Pero sólo de momento...