Todo apunta a un acuerdo más o menos estable entre el PSOE y el PNV. La cuadratura del círculo porque Patxi López les ha arrebatado la lehendakaritza y no observa con buenos ojos los coqueteos. Cosas de la parroquia. El caso es que el PNV no quiere quedarse al margen de todo poder. El Gobierno podría encontrar apoyos para el techo de gasto y los presupuestos. A cambio, el Gobierno empieza a pagar por adelantado. Primera estación: adjudicación de CajaSur a BBK. Era la mejor oferta competitiva, pero le permite a la BBK crecer con una marca asentada, alejada de su territorio y reconocida localmente. De momento ya se inicia el desembarco con el envío de un supervisor. Y también se sabe que los activos y pasivos se integrarán en BBK Bank. Si CajaSur suspiraba con que fueran comprados por una caja, se han quedado con las ganas: la caja adquirente ha creado un banco ad hoc.
La segunda parte del pago es el mantenimiento de todos los puestos en el entramado público vasco. Empresas públicas y fundaciones que crecieron al calor del dinero del concierto. Ahora es el momento de podar. En el País Vasco y en todas las CCAA. Pero el PNV exige que no le toquen sus feudos si quieren seguir contando con sus seis diputados para sacar adelante los proyectos del gobierno. Es la nueva tajada, el precio por mantenerse en el poder y aguantar hasta 2012.