Mientras, se reactiva el Caso Aerolíneas.
La semana pasada el presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán no puede aguantar mucho más en el cargo. No es la venta falsa y posterior embargo de Air Comet, sino que ahora ya sólo queda Marsans, el centro del imperio, mientras se reactiva el Caso Aerolíneas Argentinas (ARSA), donde Ferrán y su socio, Gonzalo Pascual, están imputados por desvío de fondos y donde Hacienda les solicita 100 millones de euros presuntamente eludidos al fisco.
Y el proceso de ventas continúa imparable, aunque la prensa española haya llegado tarde al convite.
Por eso, Esperanza Aguirre, que considera a Díaz Ferrán un traidor, y la patronal bancaria, quieren lanzar a Manuel Pizarro como futuro presidente de la patronal española. Obedece al perfil deseado: hombre adinerado, con experiencia empresarial y política, y que no tenga intereses en ningún sector, especialmente sectores que viven ligados a las prebendas del Estado.
Pizarro se deja querer. Asegura que se marcha de la política, cada vez más distanciado de Mariano Rajoy, y podría volver un cargo institucional. Es el candidato idóneo para sustituir a Ferrán que ahora sólo cuenta con el apoyo del Gobierno Zapatero deseoso de un presidente de la patronal débil, obligado a ceder en el diálogo social.