En las tertulias radiofónicas se comentaba hoy la retirada indefinida, por la ministra de Sanidad, Elena Salgado, de la ley del Alcohol, una ley polémica, pues incorporaba al vino dentro de las bebidas destiladas –impondría limitaciones a su publicidad-, aunque con el fin de evitar que los jóvenes se aficionen al alcohol. Pero todo el sector se le ha echado encima.

Carlos Herrera, en Onda Cero, comentaba: "El gobierno es un panteón político, algunos están desaparecidos, otros ministros están inactivos y también están los forzados a dar marcha atrás". "Ayer, la ministra decidió, obligada por Rodríguez Zapatero, retirar la ley del Alcohol para no perder votos en las autonómicas y municipales. La ley tiene un fin loable, impedir que esta sea una generación de jóvenes con el hígado machacado, pero esta ley se hizo con la arrogancia propia de este gobierno. El ministerio de Sanidad tiene muchas políticas transferidas a las comunidades autónomas y por eso se le ocurren estas cosas. Pasar el vino a las bebidas destiladas levanta las iras de los sectores que dependen del vino, que son muchos. Y al ver que esto le podía costar las autonómicas, una sangría de votos, han interrumpido la ley indefinidamente. La pregunta es: ¿después de las elecciones de mayo volverá el PSOE a promover esta ley? Tras las elecciones de mayo, relativamente cerca están las generales. La salud de los menores no es lo que ha hecho que la confrontación electoral sea cruda sino las formas despóticas del ministerio de Sanidad". 

También en Onda Cero, José María Calleja cree que ha hecho bien la ministra retirando la ley, aunque el problema del alcoholismo sigue vigente. "Los jóvenes, los fines de semana, consumen compulsivamente alcohol. Es un problema que hay que tratar de combatir. No sé si con una ley del alcohol. El problema es que al abordarlo, cómo puedes respetar los derechos que vienen de la fabricación del vino, teniendo en cuenta que es uno de los ingredientes fundamentales de esos botellones. La ministra estaba dando el perfil de la señora que nos está riñendo todo el rato. Ha hecho bien al retirar esta ley. En esto del vino, ha perdido, pero el problema sigue vigente".

Para Casimiro García Abadillo, en Onda Cero, el problema de esta ministra es que "ha hecho de la salud su bandera y va a acabar hasta con el aire que respiramos porque está contaminado. Hay una contradicción entre la realidad, la ministra y los datos. El consumo del vino en España está bajando. Es un sector que ha hecho un esfuerzo enorme por crear vinos de calidad, ahora hay vinos buenos en toda España. Ha sido un esfuerzo de tecnología, de trabajo, ese esfuerzo se castiga con esta ley que iguala el vino al güisqui. Esto no puede ser porque se echa por tierra todo este trabajo, se le da un palo a un sector que está creando puestos de trabajo. Al presidente del gobierno, esta ley no le ha gustado nunca. Y lso datillos que ha manejado el PSOE, en algunas zonas de España, esta ley les iba a costar muchos votos. Estoy convencido de que cuando pasen las elecciones autonómicas, la volverá a sacar". 

Igualmente en Onda Cero, José Oneto afirmaba que "es un disparate comparar el vino con bebidas de alta graduación, y en la ley se ha hecho, se ha intentado el consenso, después de haber rehecho el anteproyecto de ley. El método debería haber sido al revés: consultar a los sectores para ver qué tipo de ley hacer. Lo que debería hacer la ministra es una vez en su vida emborracharse. Una señora con la edad que tiene, que sólo ha tomado dos copas de vino, hay que empezar a sospechar de ella".

En la SER, también se abordaba el tema de la ley del vino. Para un tertuliano, "la ministra midió mal sus fuerzas, ha tenido un exceso de arrogancia en tratar de llevar adelante un asunto en el que influyen factores económicos, laborales y culturales. Un fracaso absoluto".

"Los menores empiezan a beber a una edad muy temprana. Otra cuestión es cómo se ha dado respuesta a ese problema. Hay una proliferación de leyes moralizantes. No se puede seguir con esa línea de moralización. No era el momento más adecuado antes de unas elecciones. Algún signo político tiene que haber si el momento no era el adecuado y tampoco los medios, y eso es lo que se echa en falta", apuntaba otro tertuliano en la SER.