El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), José Francisco Alcaraz, ha criticado en la mañana del miércoles 25 la suspensión de la extradición de seis presuntos miembros de ETA. Alcaraz tachó de "hipócritas" a los responsables del Gobierno mexicano, que "manifiestan su solidaridad con las víctimas de los recientes atentados terroristas, pero impiden que intervenga la Justicia para juzgarles por sus delitos".

 

La polémica ha surgido tras la decisión de una juez mexicana de aceptar el recurso de la defensa, por el que se suspende de manera provisional la extradición al Estado español de seis presuntos etarras reclamados por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. La provisionalidad obedece al tiempo necesario para que la justicia mexicana estudie el amparo presentado por la abogada de la defensa, Bárbara Zamora.

 

El pasado 30 de junio, la Cancillería decidió la extradición de Asier Arronategi, Asun Gorrotxategi, Juan Carlos Artola, Félix García, Ernesto Alberdi y José María Urkijo, detenidos en julio del año pasado. Sin embargo, hace una semana, la defensa solicitó el amparo que congela el proceso de extradición.

 

La noticia supone un serio revés para las relaciones bilaterales entre ambos países. Da la impresión de que la inercia priísta del Gobierno de Vicente Fox ha resucitado tras la victoria socialista el 14-M. Máxime cuando el sexenio foxista ya está descontado y todas las miradas están fijadas en los comicios de 2006. El problema es que esa "inercia" fue la que convirtió a México en un "santuario" para unos terroristas que la Administración mexicana trataba como "luchadores por la independencia".