¿Y ante la posibilidad de que el Gobierno resucitase la banca pública? Martín se muestra tranquilo. No lo teme. Pero sugiere que tendría que permitir mejorar la asignación de recursos entre el ahorro y la necesidad de capital. Y muestra sus dudas. Eso no es nada fácil, no se improvisa. Si la asignación de recursos de ese eventual banco público no fuese eficiente, advierte, sería perjudicial y retrasaría la salida de la crisis. En resumen: no hay que inventarse medidas ad hoc. Y más. Desconfío de genialidades. Más claro, agua.
Para la asignación eficiente de recursos, la banca debería de discriminar entre entidades con problemas de liquidez y entidades con problemas de solvencia. O sea, distinguir entre el carnicero bueno y el carnicero malo. Algunos tienen necesidad de circulante porque les han caído las ventas; eso es síntoma de que las cosas no funcionan, así que hay que diferenciar entre las compañías que van a salir y las que no van a salir.