Película de contenido políticamente correcto que parece financiada por los movimientos antiglobalización.
Stuart Townsend, el prometido de la actriz surafricana Charlie Theron, debuta como director en este drama urbano que recuerda los trágicos acontecimientos que tuvieron lugar en el año 1999 durante la convención anual de la Organización Mundial de Comercio.
Como si de un docudrama se tratase, Townsend se recrea al ofrecernos la faceta más comprometida de unos cuantos militantes antiglobalización. Pero lejos de aclararnos los hechos verídicos este largometraje resulta maniqueo porque mientras a estos individuos los presenta como seres humanos atractivos y solidarios, en el otro bando el único personaje que, más o menos parece normal, es un modesto policía casado con una atractiva dependienta (papel interpretado por la mencionada Charlie Theron) que verá marcada su vida por los violentos acontecimientos desatados.
Desde luego si acuden a esta película buscando información fidedigna sobre qué pretendían esos grupos o qué fines persigue la OMC ya les adelanto que no la encontrarán. Periodísticamente La batalla de Seattle es un desastre: no explica absolutamente nada y manipula continuamente. Eso sí, en medio de todo el caos argumental hay un destello: el encuentro entre el líder ideológico de los manifestantes y el policía protagonista (interpretado por Woody Harrelson) en el que ambos coinciden en una idea: ambos son víctimas del sistema (término, por cierto, muy antiglobalización)
Para: Los que quieran ver un buen de ejercicio de manipulación