Desde el entorno Caixa, se ha declarado a Hispanidad que no pretenden controlar la entidad resultante de la fusión BCP-BPI, y que el objetivo es alcanzar el 20% de la resultante: "Sabemos que en Portugal no se aceptaría que una entidad española gestionara su mayor banco".
Es curioso, porque el Espirito Santo está en España, y solo el juez Baltasar Garzón, en otra de sus clamorosas meteduras de pata (ver entrevista), se ha ensañado con ellos. Además, Telefónica e Iberdrola están varadas en el país vecino, mientras en el cerrado mercado energético a las empresas portuguesas se le han abierto las puertas en España (Hidrocantábrico, etc.) mientras a los españoles se les mantiene bloqueados en Portugal.
Pero lo que más ha llamado la atención en la City madrileña es la procedencia del ataque: nada menos que de Ricardo Espirito Santo y Salgado, uno de los mejores amigos del rey de España, SM Juan Carlos I. Con amigos como éstos nos hacen falta enemigos.