- El plan de Isidro Fainé: reducir la participación de La Caixa en Caixabank desde el 61 al 49% pero manteniendo el control total del banco.
- De esta forma, se podrá salvar la obra benéfico social (OBS) (500 millones de euros anuales) con la aportación de sus activos industriales: Gas Natural Fenosa y Abertis.
- La conclusión es lógica: Repsol y Telefónica seguirán integrados en Caixabank... "listos para su venta".
¡Qué tiempos aquellos en los que cuando hablábamos de Mou nos referíamos al entrenador del Real Madrid! Ahora, Mou es el Memorándum europeo sobe rescate bancario. Es decir, las órdenes de una Europa controlada por Alemania.
Pus bien, la obsesión antimutual de Europa ha llevado a Bruselas a ordenar que una caja de ahorros, entidad mutual, no puede ser la poseedora de un banco. ¿Cómo traducimos eso? Pues que no podrá tener el 50% de un banco.
Perfecto, se dijo Isidro Fainé, que sigue creyendo en las cajas y en su carácter mutual: entonces La Caixa, sin prisas pero sin pausa, planea pasar del actual 61% que posee de Caixabank al 49%.
No sólo eso, el plan consiste en mantener la obra benéfico-social, que da razón de ser a las cajas de ahorros, y que en la Caixa representa 500 millones de euros anuales, una cifra nada despreciable.
Para mantener la mayor OBS posible, algo que tampoco gusta en Europa, Fainé cuenta con Abertis y Gas Natural Fenosa, insertas en la matriz Caixa.
Lo que significaría que las participaciones en Telefónica y en Repsol, "listas para la venta", que cuelgan de Caixabank, sí podrían ser vendidas.
Al final, resulta que, como tal cajas de ahorros, sólo quedan Caixa, la Caja de Onteniente y la Caja de Pollensa.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com