Sr. Director:
El pasado domingo se celebró la campaña anual que Manos Unidas -ONG católica de voluntarios- lleva luchando desde 1960 contra la pobreza y sus causas. El lema elegido este año "Norte-Sur" evoca la paradoja de una zona que enarbola el estandarte del progreso y el desarrollo, frente a otra llena de carencias sociales y económicas. La globalización debería derribar los muros entre Norte y Sur, y preparar un futuro común de bienestar y condiciones de vida digna.
Esta ONG, desde sus orígenes ha centrado su trabajo en dos campos de actuación: la sensibilidad de la población española y el apoyo y financiación de proyectos en África, América Latina, Asia y Oceanía. Los fondos con que se financia Manos Unidas proceden de las cuotas de socios y de las aportaciones de las parroquias, las de los colegios, empresas o donativos esporádicos.
Aquí se nos presenta un hermoso reto con esta propuesta. Más allá de la motivación del mayor beneficio y de la lógica exclusivamente economista, somos responsables de ir introduciendo en nuestras relaciones valores de cooperación, intercambio y solidaridad que hagan posible un futuro mejor.
Si la pobreza desapareciera del planeta, esta ONG, al igual que muchas otras, no tendría ningún sentido y dejarían de existir. Con empeño y buena voluntad todo se consigue.
Elena Baeza
elcar@tiscali.es