De esta forma, el Elíseo contará con una EDF nuclear (a lo que habría que unir el fabricante de reactores nucleares, AREVA) y con una Suez-Gaz de France gasera, y todo ello bajo el patrocinio del Estado. En el entretanto, en la España cainita seguimos en moratoria nuclear al tiempo que pagamos -y no cumplimos- por exceso de emisiones contaminantes. Para tontainas, nosotros.
No sólo eso, Francia seguirá comprando empresas con riesgo legal mínimo -pues sus compañías son públicas-, es decir, a mejor precio y tirando con pólvora del Rey.
De hecho, Suez se prepara para asaltar Iberdrola. Y es que, si los franceses tienen una cara muy dura, los españoles somos lelo-cainitas. Por eso, ahora el presidente de ACS, Florentino Pérez, prepara el asalto contra Iberdrola de la mano de Suez, más que nada para vengarse del presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán, que no le ha permitido hacerse con la ya primera eléctrica española. La batalla cainita entre Pérez y Sánchez, siempre la gana Gérard (Mestallet, presidente de Suez).
Veamos, los alemanes decidieron a golpe de corneta fusionar Veba y Viag en E.ON, y de postre le regalaron la pública Ruhrgas AG, para completar el cuadro. Nadie dijo ni ‘mú' y Alemania cuenta con una empresa de gran magnitud.
Los italianos decidieron que su campeón nacional sería la pública ENEL; y por de pronto se han comido a la primera eléctrica pública española, 10 veces más rentable que ella, pero privada. Naturalmente, más cainismo, con el apoyo del propio Gobierno ZP y de la familia Entrecanales, todos ellos muy patriotas.
En España, por el contrario, Rodrigo Rato prohibió la fusión entre Endesa e Iberdrola, y se han arramblado, en nombre de la libre competencia, todas las fusiones integrales previstas por empresarios de todo tipo, entre Endesa, Iberdrola, Fenosa, Repsol YPF, Cepsa y Gas Natural como partícipes. El resultado es que ya hemos perdido Endesa y podemos perder Iberdrola y CEPSA.
La guinda de la tarta la pone la cuestión portuguesa, país muy querido de ZP, porque ha logrado exportar a Lisboa el aborto libre español, pero que mientras nos niega el acceso a su mercado aquí les hemos regalado Hidrocantábrico. Generosos que somos.
El concepto básico en esta cuestión no es el librecambio sino la reciprocidad. Ahora bien, cuando se vive en un país cainita, lo que hace el foráneo no es buscar reciprocidad, sino sencillamente aprovecharse de la guerra civil permanente en la que vive España. Ya lo dijo el pepero Arias Cañete cuando la batalla por Endesa: antes un alemán que un catalán.
Y así nos luce el pelo.
Eulogio López