Estamos que lo tiramos. Este Bambi sangriento, en el que se ha convertido Rodríguez Zapatero, no se para en barras. Cualquier día podremos ver cómo se congela su sonrisa y paulatinamente se transforma en una Gorgona venenosa. Veamos: en pocos días, el nuevo Gobierno ya se ha encargado de anunciar la liberalización del aborto en una ley de plazos, anunciado la distribución gratuita de la píldora del día después y la ampliación de la reforma legal del PP sobre fecundación asistida, el matrimonio gay y la devaluación de la clase de religión.

 

Pero no se asusten. La verdad es que todo esto forma parte de la gran estafa progre, de la lucha de la progresía socialdemócrata (en España, el PSOE y el grupo editorial Prisa) por marcar distancias con la progresía liberal (el PP y el diario El Mundo en España. Pero seguramente encontrarán ustedes paralelismos en cualquier otro país).

 

La verdad es que en España ya existe aborto libre. Es más, nuestro país se ha convertido en un paraíso del aborto. Vienen turistas francesas, portuguesas y belgas, sabedoras de que en España haya barra libre. Por eso, hemos logrado, en 2002 (seguimos sin saber las cifras de 2003), aumentar el número de abortos hasta los 77.000. Y no hace falta ley de plazo alguno, no es más que una broma macabra de Bambi porque de los 77.000 abortos un 98% son ilegales. Médicos sin escrúpulos tienen ya pre firmados los informes en los que se concluye que, de no someterse a un aborto, la madre sufrirá terribles depresiones. Por ejemplo, no se podrá ir de vacaciones o algo parecido. Sí, este país está un poco podrido. Apesta, que diría Humphrey Bogart.

 

La píldora del día después (del día después de copular, por si no lo habían cogido), vino precedida por la píldora abortiva RU-486, cuya distribución fue aprobada en España por aquella estadista genial, mujer del siglo XXI, y hasta del XXII, llamada Celia Villalobos, ministra de Sanidad del Gobierno Aznar. Y la propia píldora postcoital, comercializada de varias formas, pero, sobre todo, bajo la denominación Norlevo (¿qué multinacional farmacéutica se estará forrando con cargo al dinero de todos los españoles?), ya fue aprobada por el genial alcalde popular de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ese que quiere ser califa en lugar del califa, presidente en lugar del presidente. Simplemente, el Gobierno Zapatero, a través de otra prenda de la política y la economía, la nueva ministra Elena Salgado, ha decidido ampliar a todo el país, en su totalidad manifiesta: píldora para los adolescentes de noche loca, a espaldas de sus educadores, cargándose la patria potestad y fomentando las uniones edificantes y el compromiso personal.

 

Por cierto, Salgado es una de esas mujeres con pedigrí revolucionario, que ha sabido utilizar con acierto en todos los campos. Cuando políticamente le han venido mal dadas, siempre ha habido algún noble banquero que ha acudido en su ayuda para demostrar que él también contrata a los rojos. Por ejemplo, tras pasar por la Secretaría General de Telecomunicaciones (donde hizo exactamente nada), el SCH se apresuró a hacerle un hueco en Vallehermoso. Esto del rojerío tiene mucha influencia entre los millonarios. Pues bien, Salgado, además de inundar el país de pastillitas post-noche loca, está dispuesta a superar a su predecesora, la popular Ana Pastor, en materia de fecundación asistida.

 

Lo de los embriones sobrantes de clínicas FIV constituyen otra sangrienta tomadura de pelo de Bambi. Pastor ya había abierto la puerta para que se destriparan embriones como base para curar posibles enfermedades. Engañando a todo el mundo, en especial a la Iglesia, Ana Pastor, ministra de Sanidad de Aznar, consiguió que se manipularan los miles de embriones sobrantes de fecundación in vitro. Así que al pobre Zapatero sólo le queda el consuelo de ampliar el número de embriones sobrantes, para seguir acumulando más seres humanos pequeñitos, aunque no los necesiten ni los científicos, matarifes convertidos ahora en estrellas mediáticas, dado que no necesitan tantos. Es decir, la única forma que tiene el PSOE de ser más bestia, es decir, más progresista, que el PP es aumentar el número de embriones dedicados a la matanza… aunque no se necesiten. Hasta la socialdemocracia alemana, mucho más roja e izquierdista que el PSOE, ha optado por prescindir de los embriones sobrantes. No se preocupen: si les hace falta, desde España, Zapatero les exportará españolitos para que sean destripados en los laboratorios alemanes.

 

Por cierto, muy bueno lo de Marcelo Palacios, autotildado presidente del Comité Internacional de Bioética, arquetipo de la cultura de la muerte que representan en España tanto el PP como el PSOE. Según Palacios, debe experimentarse con embriones porque considera que hasta el día 14 tras la fecundación no hay personas. Estupendo don Marcelo: eso significa que a partir del día 14 (el 13 no, porque da mala suerte) no se debería producir aborto alguno, ni químico ni quirúrgico. Las contradicciones de los Bambi sangrientos suelen ser reiteradas y flagrantes.

 

Cuarta búsqueda del "soy más progre que tú, Aznar": los matrimonios gay. En toda Europa debaten sobre esta ruptura del derecho de familia. Aquí no, aquí, nuestro Bambi se lanza al estrado y anuncia que una medida tan relevante y solicitada por el pueblo no puede retrasarse ni un minuto más. Pero, lo cierto es que Mariano Rajoy ya había prometido las uniones civiles para gays. ¿Dónde está la diferencia? En tal caso, será de grado, que no de naturaleza.

 

La clase de religión. Sí es cierto: el PP la hacía evaluable y los socialistas pretenden devaluarla. Aquí sí hay una diferencia: Zapatero ha logrado ser más progre que Aznar. Eso sí, les aseguro que pocos niños van a recibir una formación cristiana con el actual sistema para impartir clase de religión, ni con el sistema PP ni con el PSOE. Pero, aquí también estamos hablando de dinero. Si unos padres quieren educar a sus hijos cristianamente deberán considerar que los primeros educadores son ellos. Lo que no puede ser es que la jerarquía esté permanentemente chantajeada por los conciertos de los colegios.

 

En total, que Aznar se lo ha puesto verdaderamente mal a Zapatero en esta carrera por la modernidad. Es hora de que en España surja otra alternativa al PP y al PSOE. En España, y en todo el mundo, naturalmente. De otra forma, seguiremos viviendo el espectáculo del martes 11 en el Senado: un Zapatero que pide la reforma de la Constitución (estamos discutiendo sobre la Constitución Europea y los españoles nos empeñamos en cambiar la española), no para hablar de derechos humanos (por ejemplo, del derecho a la vida), sino para repartir poder entre los partidos centralistas y los nacionalistas y regionalistas. Todo muy profundo. Es decir, muy progre.

 

Eulogio López