No entro en si la decisión del Parlamento de Aragón sobre el aragonés oriental es adecuada o no desde el punto de vista lingüístico.
Pero me sorprende que los políticos catalanes que exigen respeto para su parlamento autonómico menosprecien la misma capacidad de decidir de otras cortes autonómicas. Parece que algunos políticos catalanes creen en esa Cataluña "imperial" del mapa del tiempo de TV3.
Y desde un despacho de Barcelona quieren imponernos a los valencianos, mallorquines o aragoneses cómo se llama la lengua que hablamos y un catalán normalizado que nunca ha sido el nuestro.
Algunos en Cataluña se preguntan por qué en Aragón, Baleares o Valencia existe un sentimiento anti catalán. Quizá deberían entender que ese respeto a la pluralidad que ellos tanto exigen a Madrid son los primeros que no lo ejercitan con nosotros.
Antonia Hernández