El emperador Akihito describe la catástrofe como un desastre sin precedentes y pide calma. La Bolsa de Tokio sube tras varios días de fuertes caídas.
El miedo a la radiación nuclear inunda estos días los titulares de los medios de comunicación, y parecen olvidar la terrible catástrofe previa a los problemas en las centrales nucleares en Japón. El país, y es especialmente la zona afectada, sigue sumida en el desastre tras uno de los terremotos más importantes de la historia y el maremoto posterior. Todavía cerca de 8.200 personas continúan desaparecidas y los muertos ya se cuentan por miles, casi 4.000. Además el frío dificulta las labores de rescate en muchos de los lugares afectados.
Mientras tanto, en la central de Fukushima, foco del problema nuclear, se sigue trabajando para intentar enfriar los reactores que corren riesgo de explosión y de nuevas radiaciones. Este miércoles se intentado verter agua desde helicópteros, pero finalmente se ha tenido que posponer la acción.
Las autoridades piden calma a la población y el emperador japonés Akihito ha aparecido en televisión para tranquilizar a los habitantes. Ha manifestado que lo sucedido ha sido un desastre sin precedentes" y que reza por el bienestar del máximo número de supervivientes tras el desastre.
Ante esta situación, la Bolsa japonesa también se ha visto afectada. Desde el terremoto del viernes había vivido fuertes caídas que se han visto frenadas este miércoles, cuando ha crecido un 5,98%. Ha sido fundamental para mantener la estabilidad en el parqué japonés la intervención del Banco de Japón que ha ido inyectando capital, hasta en tres ocasiones, y que ronda los 500.000 millones de euros.
Andrés Velázquez
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