La chulería del Régimen chino alcanza límites insospechados. No sólo se jactan de haber ejecutado a un hombre de nacionalidad británica, sino que además, amenazan al Reino Unido con romper las relaciones diplomáticas entre ambos países en caso de que los británicos continúen cuestionando la ejecución del ciudadano inglés Akmal Shaikh por el delito de posesión de drogas.
La encargada de dar el aviso más bien, ultimátum- al Reino Unido, ha sido la ministra de Asuntos Exteriores de China, Jiang Yu, que ha afirmado lo siguiente: Expresamos nuestra gran insatisfacción y oposición a la acusación británica... China ha llevado el asunto de acuerdo con la ley china, por lo que estamos tremendamente decepcionados por los comentarios hechos por el Reino Unido e instamos al Gobierno británico a rectificar si no desea que los lazos entre ambos países se vean afectados.
Como vemos, esta chulería por parte del gigante asiático no es más que el producto del monstruo que Occidente ha creado allí, dado que el mundo occidental ha apoyado y financiado un desarrollo económico brutal, sin tener en cuenta los derechos humanos. En definitiva, ha sido Occidente quien ha consagrado el principio de un país, dos sistemas. Es cierto: China es capitalista, al tiempo que la mayor tiranía del planeta.
No obstante, también es un hecho la cobardía británica, dado que el Reino Unido es el mismo país que en el Peñón de Gibraltar detiene y arresta a agentes de la Guardia civil española en plena persecución policial- o usa una boya con una bandera española como campo de tiro, o soldados británicos con base en la roca desembarcan en la playa de la Línea y, sin embargo, cuando se tiene que enfrentar con una gran potencia militar, como China, no es capaz ni siquiera de plantar cara. Es el Reino Unido, un país fuerte con los débiles y débil con los fuertes. La descolonización de Hong Kong se hizo a gran velocidad: Gibraltar y las Malvinas continúan siendo colonias británicas.
Gabriel López
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