• De esta forma, sí que sería posible privatizar RENFE, aunque eso supondrá una fuerte reducción de plantilla.
  • Las líneas medias con las más deficitarias.
  • Al final, el transporte ferroviario será una combinación de AVE, cercanías y mercancías.
  • De hecho, tras la reducción de la inversión pública en infraestructuras para 2013, la ministra de Fomento sólo invertirá en aquellas obras muy avanzadas,... y en el dinero necesario para privatizar costes.
  • Las constructoras lo tienen muy claro: todo el negocio de obra pública vendrá del exterior.
Recientemente, la ministra de Fomento, Ana Pastor (en la imagen), detalló las líneas de actuación del Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (PITVI) 2012-2024, que recoge un descenso de la inversión con respecto al PIB desde el 1,3% actual a una horquilla de entre el 0,94% y 0,89% dependiendo del escenario. Ese nuevo Plan de Infraestructuras buscará la máxima eficiencia en todos los modos de transporte.

En concreto, finalmente, la inversión en infraestructuras para 2013 será de 9.607,9 millones de euros, lo que supone un descenso del 15,6% respecto a los presupuestos del año 2012. De esa cantidad, 6.253 millones de euros (-9,9%) corresponden al sector público empresarial y el resto a inversión directa del Estado (-24,6%).

El Ministerio de Fomento para 2013 se centrará en las reprogramaciones de infraestructuras, priorizando aquellas obras con grado de ejecución muy avanzado, en los corredores con mayor tráfico y en potenciar el transporte por ferrocarril (alta velocidad, red convencional y cercanías).

En ese contexto, Fomento sustituiría por el autobús 70 rutas no rentables de tren de media y larga distancia, según informó El Economista ya que las líneas medias son las más deficitarias.

Y esa es precisamente la clave de Ana Pastor para la imposible privatización de RENFE: cambiar los trayectos medios por autobús. Porque de esa forma, sí que sería posible privatizar RENFE, aunque eso supondría una fuerte reducción de plantilla. Así, el transporte ferroviario será una combinación de AVE, cercanías y mercancías.

Por su parte, para carreteras, la inversión prevista es de 2.567 millones de euros (1.625 millones de euros se destinarán a terminar obras en curso) mientras que para infraestructuras hidrológicas la aportación ascenderá a 1.447 millones de euros.

Así las cosas, las constructoras españolas lo tienen muy claro: todo el negocio de obra pública vendrá del exterior. Es más: algunos analistas prevén para el negocio constructor en España de las distintas compañías cotizadas caídas en 2012 del entorno del -15%/-20%; una caída adicional en 2013 (alrededor de otro -10%) y un crecimiento plano ya en 2014. Será difícil ver los crecimientos vistos en el pasado.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com