- Justo en uno de los momentos más delicados, con las entidades buscando refinanciación.
- Y todo por seguir los pasos de Francia y Bélgica.
- Los bancos, los más castigados por las medidas.
- De Guindos respeta la decisión: es un organismo "independiente".
- Los especuladores se justifican diciendo que aporta liquidez al mercado.
El regulador español, presidido por Julio Segura (en la imagen), ha vuelto a mostrar su lado más bobalicón al levantar, ayer tarde, la prohibición de las posiciones cortas, tal y como hicieron el pasado lunes 13 de febrero Francia y Bélgica. Un día después, la CNMV aseguró ha Hispandiad que el veto permanecería hasta que la situación del mercado aconsejara lo contrario. Sin embargo, el regulador ha cedido finalmente a las presiones, en lugar de mantenerse firme, en favor de las empresas cotizadas y, en particular, de las entidades financieras.
Por su parte, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha manifestado su respeto por la decisión de la CNMV, porque es un organismo "independiente".
Bankia ha sido la entidad peor parada en la apertura de la sesión: el valor de sus acciones ha descendido un 9,8%. Ha sido la mayor caída desde que comenzase a cotizar, en julio del año pasado. Además, la entidad presidida por Rodrigo Rato prepara una ampliación de capital de 1.200 millones de euros que suscribirán los tenedores de participaciones preferentes y deuda subordinada, sobre todo de emisiones antiguas de Bancaja.
Las operaciones a corto consisten, básicamente, en tomar acciones prestadas para venderlas en el mercado con el fin de recomprarlas después a mejor precio, es decir, a un valor más bajo que cuando se tomaron prestadas.
Se trata de un movimiento puramente especulativo cuyos efectos han sido calificados como perniciosos por la banca. Los especuladores, por su parte, alegan diciendo que mediante este sistema los mercados obtienen más liquidez.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com