Italia fortalece a sus empresas, España las vende y debilita.
Fini afirma que comprende, pero no comparte las amenazas proteccionistas. Así que sugiere que la UE debe ofrecer reglas compartidas y seguir los criterios liberalizadores marcados en la agenda de la OMC. La miopía es un pecado imperdonable. No está mal para un agnóstico declarado.
En cuanto a la compra de Fiat sobre Chrysler, Fini se muestra incómodo de hablar de empresas cotizadas, pero finalmente se termina tirando a la piscina. Afirma que Fiat ha sido capaz de salir de la crisis de manera preactiva. Señala que el mérito es de la actual dirección. Hace unos años no lo habríamos podido ni soñar; esto demuestra el valor de una estrategia clara competitiva; y también que la dimensión nacional no hace posible una supervivencia digna.
En cualquier caso, las palabras de Fini marcan la diferencia entre la política económica italiana y la española: Italia fortalece a sus empresas estratégicas, España las vende.