Mientras tanto, la confianza del consumidor en Alemania se sitúa en el nivel más bajo de su historia
Sorpresa en la mañana de este miércoles cuando el ICO ofrecía el dato de confianza del consumidor en agosto: subió 5,1 puntos respecto al mes anterior. Y es que -según señala el ICO- los españoles estamos demostrando mayor confianza no sobre la situación actual, pero sí sobre las expectativas de futuro en donde la mejora es de 9,4 puntos. El índice se sitúa en los 51,4 tras recortar de manera sistemática desde el pasado mes de marzo. Con esta subida, el índice se sitúa en el mismo nivel que hace cuatro años cuando comenzó a elaborarse el índice.El ICO considera que esta mejora en las expectativas puede estar relacionada con la moderación en el precio del petróleo, que en el mes de agosto ofreció una tregua a la inflación y por lo tanto a las expectativas sobre precios y tipos de interés. Comparando con el agosto de 2007, los encuestados tienen menos expectativas de inflación y de subidas de tipos. O dicho de otra manera: la gente tiene la sensación de que ya hemos tocado techo.
El Gobierno, por supuesto, encantado. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, se felicitó porque -en su opinión- "supone un cambio de tendencia". Sin embargo se mostró prudente hasta ver cómo evoluciona la serie. Y es que la confianza sigue estando baja -los pesimistas siguen ganando a los optimistas- y anticipa -según el ICO- un recorte en el consumo en los próximos trimestres. Además, aunque el índice ha subido, ha bajado entre los jóvenes, probablemente porque es este segmento poblacional los que observan el futuro más negro.
El optimismo español contrasta con el pesimismo alemán que en el mes de agosto registró su mínimo histórico en la serie de medición de confianza. Las previsiones para este septiembre no son las mejores. Conviene recordar que el índice español se realiza sobre la base de 1.000 encuestas frente a las 2.000 de Alemania. Pero es que además, el país germánico fue el primer país europeo en elaborar el índice de confianza. Una disciplina que España ha incorporado hace apenas cuatro años.