Tras treinta y muchos años de régimen autoritario, la Constitución del 78 intentó ser una reconciliación entre las dos españas. Y eso está pero que muy bien. Sin embargo, en 1978 ya se había separado el árbol de su raíz, es decir, Europa del Cristianismo que la forjó, razón por la cual Europa es hoy un árbol caído. Y llevamos así desde la Revolución Francesa, mucho más dañina que la revolución marxista que, a fin de cuentas, sólo era hija bastarda de la primera. Los franceses inauguraron la modernidad con la religión de la fraternidad sin padre. Es decir, una fraternidad colgada del aire, porque sin padres, no hay hermanos. Decidieron desterrar a Dios, sin darse cuenta de que, de ese modo, desterraban cualquier posibilidad de concordia entre los hombres. ¿O quizás sí que se daban cuenta?

Un poner. Art. 15 de la Constitución del 78: Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura, ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte.

Espléndido, sólo que los padres de la Constitución, tampoco las madres, especificaron a quiénes abarcaba el todos, razón por la cual España se ha convertido en el Paraíso Mundial del aborto.

En definitiva, la propia concordia entre españoles es casi una utopía. Los periódicos aseguran que España está crispada, pero lo cierto es que la política española siempre ha estado crispada y los españoles amuermados y hartos de la política.

Le responderé con un ejemplo : les recomiendo que escuchen el programa De las Artes y las Letras, que dirige, en Radio Intereconomía, el responsable de Opinión de Hispanidad.com, Javier Paredes. Los domingos, de 16 a 18 horas. Pues bien, como a eso de las 17.15 pueden ustedes escuchar una de las tertulias más originales de la radio española. Participan en ella Gotzone Mora, concejal socialista del Ayuntamiento de Getxo; Jorge Fernández, secretario del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados, Rafael López Diéguez, fundador de un partido confesional como es Alternativa Española, además del presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, Alfredo Dagnino, letrado de las Cortes y canciller de tres universidades. Sus discrepancias son muchas pero sobre cuestiones de fondo hay un nexo común que hace que los cuatro participantes se sientan a gusto, a pesar de sus muy diversas procedencias. ¿Qué les hace entenderse a gente tan dispar? Pues lo único que les une: los cuatro son, no sólo personas de fe, sino, lo que es más importante en un medio informativo, personas que no ocultan su fe.

Porque lo que hay que meterse en la cabeza, en el día de la Constitución, y en los otros 364 días del año, es que las personas no se dividen en gente de izquierda y gente de derechas, sino en gente que cree en Cristo y gente que no cree. Todo lo demás, viene de serie.

Eulogio López