Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso, el vaso de la paciencia de monseñor Antonio María Rouco, quien ha decidido ceder a las muchas presiones internas de otros obispos para que prescinda de un Federico Jiménez que tenía secuestrada a la cadena COPE: defensa del aborto, entronización de Pedro J. Ramírez, insultos a prelados de la iglesia, como monseñor Cañizares y que,en pocas palabras, se había convertido en un escándalo permanente para una emisora de ideario católico.
Jiménez no sólo cobraba 1,8 millones de euros más participación en publicidad sino que, además, utilizaba a la COPE para lanzar sus propios medios, como Libertad Digital y, ahora, Libertad Digital TV, en competencia directa con el canal de COPE: Popular TV. Ahora, además, había exigido renovar por dos años y sin cortapisa alguna por parte de obispo alguno.
Al final, el locutor ha tensado tanto la cuerda que los obispos que recordaban el permanente escándalo que suponía una estrella radiofónica que, en una radio cristiana, se dedicaba a insultar a todo el mundo con total impunidad, se han salido con la suya.
Jiménez será sustituido por el director de informativos de la COPE, Ignacio Villa. La única duda es si continuará hasta que concluya su contrato, en junio, o si se marcha ahora mismo o si continua colaborando en el programa La Mañana con el nuevo conductor.
Eulogio López
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