Veamos: BBV y Argentaria se fusionan el 9 de octubre de 1999. Un año y pico más tarde, con el caso de las cuentas opacas en Jersey, FG consigue echar a Emilio Ybarra y hacerse con todo el poder, en una operación policial y financiera que el propio vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, calificó como la españolización del BBVA (lo hizo en privado, naturalmente).
Pues bien, cuando dimite Emilio Ybarra, un 18 de diciembre de 2001, los títulos del BBVA cotizaban a 14,19 euros mientras ahora está en los 12,87 euros. En otras palabras, la cotización se ha despeñado cerca del 10% mientras el Ibex-35 de la Bolsa de Madrid aumentaba un 15%.
Si comparamos la evolución bursátil del BBVA con la de su principal competidor, el SCH, la mala evolución se percibe aún más. Por ejemplo, si comparamos el período diciembre del 2000 frente a junio de 2005, el resultado es el siguiente: al comienzo, el BBVA prácticamente había alcanzado a su competidor: valía 50.654 millones de euros, por 51.987 millones de euros del grupo Botín. Sin embargo, a pesar de que la cotización del SCH tampoco está como para tirar cohetes durante estos cuatro años y medio, ahora el BBVA (capitalización a 22 de junio) vale 43.335 millones de euros, mientras el SCH se sitúa en los 59.916 millones. Y lo malo es el parangón. Recordemos que la acción del Santander en ese periodo cayó un 15,44%, pero es que la del BBVA lo hizo en un 18,99%.
FG ha dicho que la operación BNL se hace para ganar valor para el accionista. Visto lo visto, a lo mejor hay que buscar otros motivos que justifiquen una absorción de carácter incierto.