Sin entrar a valorar en esta ocasión los problemas jurídicos y morales que plantean a la sociedad las numerosas rupturas matrimoniales, y en referencia únicamente a la propuesta de modificación en el régimen de la custodia de menores, es necesario hacer las siguientes precisiones:
1º- Es necesario que el debate público se amplíe a las verdaderas causas y consecuencias de la conflictividad en la custodia de menores en caso de ruptura matrimonial. En este sentido es necesario que los poderes públicos se planten seriamente y alejados de cualquier tipo de ideología qué tipo de sociedad pretendemos construir, y desde este debate, qué tipo de familia queremos defender y apoyar.
2º- Es necesario que en este debate público se abandone cualquier tipo de posiciones ideológicas, y se deje de experimentar con los menores, cobrando toda la importancia la opinión mayoritaria de la sociedad, la experiencia histórica y el más elemental sentido común que propugnan la necesaria convivencia de los menores tanto con sus padres como con sus madres.
3º- Es necesario que en este debate se plantea necesariamente la voluntad de acabar con el triste negocio que hoy en día se realiza en torno a los conflictos familiares, negocio en el que participan numerosas asociaciones ideologizadas, abogados más interesados en su lucro personal que en la protección de menores y equipos psicosociales de dudoso encaje legal que provoca la creación de juzgados de familia con el aumento innecesario de una artificial e ideologizada litigiosidad.
4º- Es necesario que en este debate público se apueste seriamente por la corresponsabilidad de los padres y de las madres en el cuidado de los menores; por la protección del principal derecho de los menores al disfrute afectivo tanto de la figura paterna, como materna; por la eliminación de los espurios intereses que la custodia de los menores genera en relación al disfrute de la casa familiar y el beneficio de pensiones alimenticias sin acreditación posterior de su uso.
5º- Es necesario que en este debate público se recoja la realidad social, y se creen espacios de convivencia que permitan tanto a la madre como al padre la compatibilización de su vida personal con su vida laboral.
6º- Es necesario que en este debate público se escuche por primera vez a todos los intervinientes en los conflictos familiares, a todos los expertos necesarios, a una gran pluralidad de asociaciones civiles que desde diversas y legítimas perspectivas defienden los intereses de los menores, y que la cordura suponga la principal aportación a un necesario debate social sobre la familia que queremos para sustentar una sociedad libre y responsable.
Por último, desde este Centro Jurídico queremos felicitar por su valentía al diputado de UPyD, el señor Cantó, por enfrentarse en defensa de los menores al poderoso lobby ideológico feminista que desde posiciones alejadas de la realidad no buscan la verdadera defensa de las mujeres sino la creación de una conflictividad social en propio beneficio.